martes, 21 de septiembre de 2010

El Eternauta explicado por Tenembaum


Ernesto Tenembaum, para los que no lo conocen, es un periodista que escribe con frases cortas y nos habla de política buscando usar siempre ejemplos. Parte de una postura de periodista independiente (¿alejado de toda ideología?) y propone la independencia como forma pura y a imitar para expresar ideas o contarnos noticias. Fin.
Qué fea e incompleta descripción ¿No?
Bueno, más o menos así fue como este periodista independiente quiso contarles en el último número de la revista Veintitrés (16-09-2010) a supuestos desconocedores de la trama del Eternauta, de qué se trataba la historieta. ¿Absurdo? ¿Falaz? Posiblemente una forma mentirosa o al menos incorrecta para lograr una caracterización de una Obra Maestra (el Eternauta) que ha trascendido el papel impreso de la revista de historieta original para convertirse en un ícono cultural.

¿Por qué hace esto el periodista? Uno está tentado a pensar que es honesto y cree que debe explicar algo y cree además que sabe como hacerlo, y por eso lo intenta. Pero no le sale, eso es claro. O sus intenciones tal vez son otras: las de confundir. Las de mezclar todo. Porque si partiendo de algo tan mínimo como una historieta él piensa que puede servirle para criticar un afiche callejero –y toda una estética, al fin, para el acto político realizado- de un ex presidente de la Nación metido en el traje del personaje, bueno…eso definitivamente no salió bien para el citado periodista. Encima en la revista ilustran su nota con ¡¡¡Superman!!! Esto seguro no es responsabilidad del señor Tenembaum, pero hay que decirlo: nada más alejado del Eternauta.
Queda otra posibilidad, que Ernesto sea alguien con poca profundidad de pensamiento, alguien que lee “por arribita”, y así tal vez piensa, o trata de entender. Un poquito, algo, y ya está. Eso explicaría que no entendió nada del Eternauta, o vio algo, tal vez una página o dos y se dijo “ya está, esto es así”.Y no, no era así.

El Eternauta –como explico con amplitud en mi libro (*) – parte de una propuesta en las antípodas del modelo del superhéroe: el Eternauta es un hombre común, metido a la fuerza a vivir una aventura. NO VA A LA AVENTURA; ESTA VIENE A ÉL. Y lo mete en una historia donde no trabaja de héroe sino que todo lo que realiza (él y su grupo cercano de familiares y amigos) lo hace simplemente para sobrevivir. Nada de para “salvar la Tierra” o a “La Humanidad”. Nada de eso.
Juan Salvo (El Eternauta) con lo que tiene a mano, con muy poco, casi como miles de argentinos cada día durante décadas, trata simplemente de sobrevivir. Pero-esta es la clave, no lo hace en solitario, porque no está en sus genes: no es un súper héroe ni tan siquiera “héroe”. Es un hombre común. Y eso es lo que lo hace más valioso. Y la clave: lo hace en grupo. “Nunca el héroe individual, el héroe solo” escribió Oesterheld, hablando de su creación.
De ahí a entender por qué el ex presidente aparece metido en el traje eternáutico, hay un camino neuronal sencillo. El traje del eternauta está hecho con lo que tienen a mano, cosido como pueden, realizado en el tallercito o buhardilla donde los amigos pasaban horas con sus hobbies, cada uno, juntos. El traje del eternauta sirve también –válgame con la metáfora- para evitar ser dañado con el exterior contaminado, radiactivo, mortal. Pienso ahora en la nevada de desinformación a la que es sometido el pueblo desde los medios masivos monopólicos, con una mirada única de “la realidad” y enseguida entiendo mas fácilmente la metáfora visual de los jóvenes peronistas metiendo a Kirchner en el “traje aislante”. Pero claro, para pensar estas cosas simplemente hay que 1) Haber leído la historieta. 2) Haberla entendido.
Ernesto Tenembaum cree necesario contarnos en su nota titulada “Héroes” de qué se trata el Eternauta, y por eso escribe: “dado que no se trató nunca de un personaje muy popular”. Señor Ernesto: esta historieta se publicaba en los años cincuenta cuando aún no era la TV ni nada parecido lo que atraía y veían los niños y jóvenes. Basta ver las cifras de entonces: millones de revistas editadas ¡¡¡miles por semana!!!. El Eternauta fue “supermasivo” y popular, al punto que durante dos años los lectores siguieron su devenir leyendo sólo tres (3) páginas semanales…Los que hoy andan en los 60 años de edad dan prueba viviente de eso, del fervor y la atenta lectura. Los que como yo accedimos en 1975 a su lectura vía ese libraco único de Ediciones Record también leímos con atención esta dramática y fantástica historia. Luego comprendimos las entrelíneas de la trama, sus metáforas sus contradicciones, su sentido político, histórico, etc. Mas tarde vimos molestos el triste espectáculo de las ediciones piratas del Eternauta que en los años 90 inundaron el mercado. ¿Por qué? Porque se vendía y se vende. Es una historieta popular, y parece que transformada como decía en ícono, multiplicada en videofilmes, ensayos, remeras, etc., lo seguirá siendo. Ni hablar de las ediciones y popularidad alcanzadas en Italia, Francia y una veintena de países. La historia del Eternauta, atrapa.
En otro párrafo, como ajeno absolutamente a la historia mundial de las metáforas visuales – de cualquier metáfora visual-, dice el señor Ernesto Tenembaum: “el intento forzado de vestir a Néstor Kirchner con traje de buzo, astronauta, Eternauta, corre el riesgo de convertirlo no en un héroe sino en alguien extraño, que camina vestido de una manera llamativa en una sociedad que no es la misma en la que explotó una bomba química, aquella que retrató magistralmente Oesterheld” ¿Qué bomba? ¿Qué historieta leyó Tenembaum? ¿?
Decididamente: nunca leyó el Eternauta, o lo hizo por arriba, o directamente no lo entendió. Pero eso sí: pretende enseñarnos, darnos una explicación…¿cómo era eso del maestro ciruela?

El señor Ernesto Tenembaum se mofaba hace tiempo en su programa de TV de aquella frase de la Presidenta referida a la soja cuando dijo que “es un yuyo”. Y yo me pregunto ahora cuántos se estarán mofando de estas frases poco felices suyas sobre el Eternauta. ¿Para qué intentar explicar algo si no se lo conoce, Ernesto, para qué si no se lo ha leído o-peor- comprendido? ¿Para que pretender enseñar, ser una especie de guía ideológico, la luz del pensamiento cuando a todas luces no hay nada de eso en su forma de expresar sus ideas al menos desde este escrito? “Ganas de embromar”…seguro.

Felipe R. Ávila
Rebrote: pensar la historieta
http://rebroteorganizandoeventos.blogspot.com/
(*) “Oesterheld y nuestras invasiones extraterrestres”, Deux Books, 2007.